Tratamiento
Antes de entrar en los detalles de los medicamentos, debemos recordar el viejo dicho “poco conocimiento es una cosa peligrosa.” El conocimiento es bueno, pero esto debe ser en contexto. Algunas personas ven los efectos secundarios de los medicamentos y dicen, “Wow, ¡Es muy riesgoso! ¡No voy a tomar eso!” Pero no hacer algo también tiene sus riesgos. No tomar el tratamiento puede agravar la enfermedad o complicarla. Los beneficios potenciales y los riesgos de cualquier decisión debe ser considerada cuidadosamente por ti y tu doctor.
Aunque no se ha conseguido desarrollar un fármaco que cure la enfermedad, los objetivos actuales son cada vez más amplios, englobando diferentes aspectos que se alteran en el curso de la enfermedad.
El tratamiento depende de:
- Dónde está localizado el problema
- Cuáles problemas ha tenido antes con la enfermedad
- cuáles tratamientos ha recibido en el pasado
Los medicamentos en EII pueden ser divididos en 2 categorías. Los primeros incluyen a los que reducen la inflamación; estos reducen los síntomas como la diarrea y el dolor.
Es importante ser consciente de que hay efectos secundarios que no tienen nada que ver con ciertos medicamentos.
Los segundos incluyen aquellos que no tienen efectos en la inflamación pero pueden ser útiles en la reducción o la eliminación de los síntomas, especialmente en la diarrea y el dolor de tipo cólico.
Medicamentos que reducen la inflamación Sulfasalazina
Muchos de los gastroenterólogos prefieren recetar el más nuevo medicamento 5-ASA, pero algunos continúan con sulfasalazina. Es igual de efectivo, es barato y es conocido. El único inconveniente comparado con la 5-ASA pura es que la sulfasalazina tiene más efectos secundarios. La sulfasalazina se utiliza para tratar los brotes leves a moderados en CUCI y Crohn. No hay garantía de que no vas a tener brotes, pero para la mayoría de los pacientes les reduce significativamente el riesgo de tenerlos.
Ocasionalmente la sulfasalazina puede reducir el conteo de esperma suficiente para hacerlo estéril. Detener el medicamento puede permitir que esto vuelva a la normalidad, pero para esto es necesario que pasen 3 meses.
El ácido fólico es uno de la vitamina B y uno de los que regeneran las células sanguíneas. Otro de sus efectos secundarios es que la sulfasalazina puede reducir la absorción en el intestino del ácido fólico, causando una posible anemia. Tu médico debe recomendarte el uso de ácido fólico diariamente cuando sea necesario.
Los efectos secundarios comunes pueden ser, náuseas y reducción del apetito, pero estos también pueden ser síntomas de la EII y no del medicamento solamente. Vomitar es el menos común.
Se utiliza también como tratamiento de artritis, que ocurre en el 20% de los pacientes con EII.
Dolores de cabeza también pueden ocurrir con la sulfasalazina. Para algunos son leves, pero en otros casos son severos y el medicamento debe detenerse.
5-Aminosalicilatos (5-ASA) o Mesalazina
El ingrediente activo es la sulfasalazina, 5-ASA, este no tiene ni una propiedad antibacterial. La 5-ASA no hace lo mismo que los medicamento ASA. Este medicamento fue introducido en América en 1980 y ahora es usado mundialmente.
5-ASA se puede usar para los brotes de leve a moderado de CUCI y Crohn. Por ejemplo en una proctitis o una colitis limitada de 30 a 60 centímetros del colon, pequeñas dosis se utilizan de forma rectal pues son más efectivas que al tomar dosis grandes oralmente. Esta droga también se usa para reducir la oportunidad de tener un brote en ambas enfermedades en muchos pacientes. El uso postoperatorio, 5-ASA muestra que reduce el riesgo la recurrencia en el intestino delgado en la enfermedad de Crohn.
Efectos secundarios
Muchos de los efectos secundarios son similares a los de la sulfasalazina. Pero son menos frecuentes, porque la porción de sulfa de la sulfasalazina es responsable de muchos de los efectos adversos y este está ausente en 5-ASA.
Esteroides
Los esteroides usados en EII, conocidos como glucocorticosteroides, son derivados del cortisol, un esteroide natural que es producido por la glándula suprarrenal, que está encima de los riñones.
Los glucocorticosteroides son diferentes de los esteroides anabólicos usados por algunos atletas para mejorar su rendimiento, y también usados por algunos doctores para ciertas enfermedades. El primer glucocorticosteroide que se les dio a los pacientes fue la cortisona, en 1950. La introducción de esta potente medicamento revolucionó el tratamiento de de muchas enfermedades crónicas, incluyendo la EII. El medicamento más usado de los glucocorticosteroides es la prednisona.
Estos reducen la inflamación y se utiliza para tratar ataques de moderados a severos de CUCI y Crohn. En pacientes que tienen CUCI una vez que el brote va disminuyendo significativamente, la dosis debe bajar gradualmente hasta llegar a cero durante varias semanas. En la mayoría de los pacientes con CUCI, no hay evidencia de que los esteroides previenen algún brote de la enfermedad, por eso los pacientes no deben permanecer con este medicamento entre cada brote.
Los pacientes de Crohn requieren continuamente esta terapia con esteroides, para suprimir los síntomas crónicos no controlables con otras medidas. Como sea, los pacientes con Crohn requieren de esteroides intermitentemente. Otros no los requieren para nada.
Los esteroides no previenen la enfermedad de Crohn de requerir alguna cirugía. Cuando la afección está en los 30 o 60 cm del colon, los glucoesteroides pueden ser más efectivo de forma rectal al igual o mejor que grandes dosis tomadas de manera oral, con menos efectos secundarios.
Los efectos secundarios pueden ser visibles o no visibles.
Efectos secundarios visibles
Los efectos visibles son más molestos para ti que para tu médico.
No es que a tu médico no le interese, pero él o ella sabe que estos efectos son reversibles en unas semanas o meses después de que se deja de tomar el medicamento. Y estos efectos no son peligrosos, estos incluyen:
- Cara redonda – aparece gradualmente.
- Enrojecimiento de la cara, usualmente leve – crea una apariencia “saludable”.
- Incrementa el apetito y aumento de peso, usualmente deseable.
- Cambios de humor – usualmente feliz pues te sientes mejor; nerviosismo;
en algunos casos euforia o depresión severa que no es tan común.
- Acné – de moderada a severa.
- incremento de energía e insomnio.
- Dolor de tobillo.
- Debilitamiento de los músculos de las pantorrillas y brazos –
dificultando subir escaleras o levantarse de una silla sin usar los
brazos.
- Sudor nocturno.
- Vello facial.
- Brazos delgados – terapia de larga duración.
- Una joroba de grasa en la espalda – con una terapia de larga duración.
- Adelgazamiento de la piel y moretones con facilidad: con terapia de larga duración.
- Reducción de crecimiento y retraso de la pubertad.
- Endurecimiento de los músculos y coyunturas.
Efectos secundarios invisibles
Estos son de mayor preocupación para el doctor, porque pueden causar daños irreversibles. Estos incluyen:
- Osteoporosis, inactividad física, malnutrición.
- Reducción de la inmunidad – incrementando infecciones.
- Diabetes mellitus.
- Cataratas.
- Glaucoma – más común en niños.
- Reducción del nivel del potasio, también resultado de la diarrea; y puede contribuir al debilitamiento.
- Presión arterial alta – no común.
Los esteroides deben dejarse gradualmente indicado por tu médico.
Inmunosupresores
Los inmunosupresores son otra clase de medicamentos usados para la EII. Fueron originalmente usados para tratar ciertos tipos de cáncer. También usados para prevenir el rechazo de transplantes de órganos. En ambas situaciones, las dosis que se utilizan son altas. Se les conoce por más de 30 años, sin embargo, las dosis pequeñas pueden ser usadas para tratar otras condiciones, incluyendo la EII.
Los inmunosupresores reducen la inflamación, cómo lo hace es desconocido. Pues desde que se conoce que el sistema inmune es hiperactiva, su habilidad de suprimir es importante.
Se utilizan cuando se quiere reducir, eliminar o evitar el uso de esteroides. En ambas enfermedades puede reducir su dosis, incluso pararla, si utilizan este medicamento.
Los inmunosupresores surten efecto en 12 semanas. En algunos casos puede ser hasta 6 meses o más la respuesta, y en otros casos pueden responder rápidamente, y puede combinarse con esteroides.
El efecto secundario que puede presentarse es la reducción de la efectividad del sistema inmune, cosa que no es tan común por la pequeña dosis que se usa en la EII.
La resistencia a las infecciones baja, que en casos raros puede causar infecciones inusuales. Debe reportar cualquier fiebre, escalofrio o dolor persistente en la garganta.
Los inmunosupresores utilizados son: Azatioprina y 6-mercaptopurina, Metotrexato, Ciclosporina.
Tratamiento Biológico
Humira® Adalimumab
Humira® es adalimumab, una fármaco que bloquea la acción de factor de necrosis tumoral, proteina que participa en procesos de inflamación e inmunidad de nuestro cuerpo. Adalimumab reduce la inflamación asociada a enfermedades crónicas como la artritis reumatoide, artritis psoriásica, espondilitis anquilosante, psoriasis y enfermedad de Crohn.
Antes de utilizar Humira® informe a su médico si tiene historial de infecciones recurrentes, crónicas o localizadas, si ha tenido tuberculosis o ha estado en contacto con algún caso, si padece diabetes, insuficiencia cardiaca moderada o grave, esclerosis múltiple o neuritis óptica, si le van a realizar una intervención quirúrgica o dental, o si es portador del virus de la hepatitis B.
Humira® se administra por vía subcutánea (inyección debajo de la piel). Este medicamento se presenta en un dispositivo (pluma) listo para utilizar.
- Las zonas de inyección más adecuadas son: abdomen (excepto cintura y ombligo) y parte superior de los muslos.
- Debe alternar la zona de inyección para evitar la irritación y otras reacciones adversas locales.Técnica de administración:
1. Saque la jeringa de Humira® de la nevera 30 minutos antes de su administración.
2. Lávese las manos antes de comenzar.
3. Compruebe que el líquido sea claro y sin partículas visibles.
4. Sujete la jeringa y retire la cubierta de la aguja sin girarla ni doblarla para no rozar o dañar la punta de la aguja. Saque el aire de la jeringa manteniéndola vertical y presionando suavemente el émbolo.
5. Desinfecte la zona de inyección con un algodón empapado en alcohol.
6. Forme un pliegue cutáneo con los dedos pulgar e índice, sin apretar.
7. Sujete la jeringa por la parte más próxima a la aguja e inserte la aguja en el pliegue cutáneo formando un ángulo de 45º-90º con acción firme y rápida. Si viera sangre en la jeringa, pinche en otro punto.
8. Inyecte el líquido despacio manteniendo el pliegue cutáneo.
9. Al finalizar, retire la aguja, suelte el pliegue y aplique presión ligeramente sobre el lugar de inyección con un algodón, sin frotar.
10. Deseche la jeringa, sin tapar la aguja, en un recipiente rígido.
Informe a su médico que está en tratamiento con Humira® antes de ponerse cualquier vacuna.
Debe guardar este medicamento en la nevera (2-8ºC), en su caja original. NO en el congelador. Si por un descuido deja la jeringa fuera de la nevera, tenga en cuenta que se conserva estable 24 horas a temperatura ambiente.
Si se olvida una dosis, póngasela tan pronto como sea posible y continúe el tratamiento según su calendario habitual. No use una dosis doble para compensar la dosis olvidada.
Efectos secundarios
- Humira® puede aumentar el riesgo de contraer infecciones (resfriado, sinusitis, bronquitis, infecciones del tracto urinario o de la pie, etc).
- Pueden aparecer reacciones en el lugar de inyección (enrojecimiento, hinchazón, picor o dolor).
- Contacte inmediatamente con su médico si aparece erupción cutánea,
urticaria, si presenta dificultad para respirar o tragar, hinchazón de
la cara, manos o pies (posible reacción alérgica), fiebre alta con tos o
falta de aliento (posible neumonía), hemorragia o hematomas, entumecimiento u hormigueo (posible neuropatía), visión doble o
alteraciones de la visión, tos persistente, pérdida de peso y/o febrícula (posible tuberculosis), o signos de otras infecciones
(dentales, de piel o si sensación de quemazón al orinar).
- Comunique a su médico o farmacéutico cualquier síntoma que atribuya a la medicación.
Otras consideraciones
- Es recomendable la vacunación frente al neumococo y la gripe. Se
recomienda que los pacienes pediátricos lleven al día todas las vacunas
correspondientes al calendario de vacunación antes de iniciar el
tratamiento con Humira®.
- Humira NO puede administrase en el embarazo. Las mujeres en edad
fértil deberán utilizar un método anticonceptivo adecuado durante el
tratamiento con este fármaco y hasta 5 meses después de haberlo
suspendido.
- Tanto los hombre como las mujeres en tratamiento con Humira® y Metotrexato deberán utilizar un método anticonceptivo eficaz durante el tratamiento y hasta 6 meses después de haberlo finalizado.